J. Antonio Vázquez-García,
Gregorio Nieves-Hernández,
Miguel Cházaro-Basáñez y
Yalma L. Vargas-Rodriguez
Abstract The vascular flora of northern Jalisco and its huichol ethnobotany was inventoried in order to support basic and applied scientific research, as well as for assisting in teaching biodiversity and for helping guide management and biological conservation decisions. This study was based on nearly 10,000 specimens from several herbaria, largely from IBUG, Instituto de Botánica Universidad de Gaudalajara, IEB, Instituto e Ecología del Bajío and from MEXU, the national herbarium. Of particular interestand importance were collections of L. Diguet, J. N. Rose y R. Mcvaugh, as well as those from authors. The New York Database of Types and Mcvaugh´s 8 volumes of Flora Nova-Galiciana were essential to this work. Northern Jalisco and adjacent areas represent fairly adequate the southern portion of
Resumen La flora vascular del norte de Jalisco y etnobotánica huichola fue catalogada con la finalidad de apoyar investigación científica básica y aplicada, así como para que pueda ser auxiliar en la docencia de la biodiversidad y para ayudar a guiar decisiones de manejo y de conservación biológica. El estudio se basó en cerca de 10,000 especimenes depositados principalmente en el herbario IBUG, del Instituto de Botánica de
La presente obra surge de la necesidad de identificar y conocer la diversidad y composición de la flora vascular del norte de Jalisco y municipios circunvecinos de Nayarit, Durango y Zacatecas, evaluar su uso actual y potencial por la etnia huichola y generar conocimientos básicos que guíen la toma de decisiones para el manejo, conservación y uso sustentable de los recursos naturales. El conocimiento de la diversidad de la flora vascular del norte de Jalisco, incluída la vasta región huichola, representa un gran reto para los biólogos contemporáneos. Sus profundos cañones, escarpadas mesetas, extensas serranías y zonas semiáridas, imponen diversas limitantes logísticas que impiden una exploración botánica adecuada. Estos atributos, por otro lado, en ciertos casos han contribuido, sin duda, a un menor deterioro de los ecosistemas.
La importancia de su estudio radica en que cientos de especies vasculares se encuentran actualmente en peligro e extinción a causa de la destrucción extensiva de los bosques y de las frecuentes irregularidades en los planes de manejo y de uso forestal. Además, no sabemos con certeza cuantas especies de plantas vasculares tiene Jalisco, ni siquiera podemos precisar cuantos miles de especies ocurren en Jalisco. Para tener una mejor estimación de cuantas especies existen debemos de explorar ahora muchas de las regiones más remotas de nuestro país antes de que las especies se extingan a causa del tremendo deterioro ambiental que resulta de un desarrollo económico sin planifiación.
Aunque las exploraciones botánicas de la zona norte de Jalisco inician con Thomas Coulter en 1825 y seguidas de Theodore Hartweg, en 1837 (McVaugh 1972), todavía no se ha alcanzado un conocimiento suficiente de la diversidad de su flora vascular. En comparación con otras áreas de Jalisco, la intensidad de exploración en la zona huichola (cuatro especímenes/km²), es diez veces menor que la recomendable (40 especímenes/km²) (Vázquez-García et al. ined.). Aunque el número de registros ya es considerable, podemos decir enfáticamente que todavía no es representativo de la riqueza de la flora huichola. Muchas especies nuevas de plantas vasculares, incluídos árboles, restan por ser descubiertas en esta región, algunas de ellas posiblemente resultarán ser endémicos estrictos de Jalisco.
La correcta identificación de los taxa es de suma relevancia, ya que nos permite precisar con exactitud y confiabilidad una entidad taxonómica específica (Campbell y Hammond 1989). En esta odisea de exploración, uno de los primeros retos consistió en contestarnos ¿qué hay? y ¿dónde lo hay?. En segundo término el conocer la relevancia que pudiera tener cada especie, bien por tratarse de una especie rara o amenazada, o por tener algún uso tradicional o alguna importancia ecológica o económica.
El uso tradicional de la flora varía notablemente de una cultura a otra, por diferencias ecológicas en el entorno biótico habitado por las diferentes etnias y por el grado tan particular de conocimiento que cada cultura ha adquirido con respecto de su flora autóctona. Incluso, aún la misma especie puede ser usada de distinta manera entre culturas cercanas, ya que ciertas partes de la planta son útiles para unas y otras partes de la misma especie, lo son para otras. O bien, puede suceder que la misma parte de la planta tenga distintos usos entre distintas culturas. Infortunadamente, este cúmulo de conocimientos tan particulares e importantes se han ido perdiendo gradualmente de generación en generación, ya que por lo general se transmiten en forma oral. Este proceso se ha acentuado en las últimas décadas con la migración de los jóvenes de las zonas rurales a las ciudades, en busca de empleos mejor remunerados, dando como resultado un desarraigo local, y con ello una tremenda erosión cultural. La cultura wixarika, en el occidente de México constituye una de las etnias de mayor importancia nacional, a causa, en gran medida, a su marcado aislamiento geográfico y cultural, que ha favorecido su desarrollo independiente de otras culturas. Quizá por efecto de este aislamiento, la etnia huichola mantiene una relación estrecha e interesante con su entorno biótico, y muy especialmente con la vegetación. Esta posibilidad motivó la realización de un diagnóstico etnobotánico para conocer el uso y aprovechamiento de las plantas de esta región, lo cual constituye el eje central del capítulo 4.
El bosque de pino y encino, junto con el bosque tropical caducifolio, son las comunidades vegetales más representativas de la región huichola, en particular de Mezquitic, Jalisco. Estos bosques, por lo general, se encuentran muy impactados por deterioro antrópico, principalmente por deforestación, a causa de la expansión de la frontera agropecuaria, por aprovechamientos forestales y por incendios, tanto inducidos como accidentales. La riqueza, composición y estructura florística particular de estas comunidades es prácticamente desconocida, de igual manera se desconocen las variables ambientales importantes para la organización de estas comunidades.
En particular, en el presente libro se pretende: 1) identificar y catalogar la flora vascular silvestre de los 10 municipios del norte de Jalisco y de algunas zonas circunvecinas de Nayarit, Durango y Zacatecas, 2) ubicar geográficamente la ocurrencia de las especies en la región huichola y en zonas adyacentes, y 3) recuperar y valorar el conocimiento sobre la flora vascular que es aprovechada por la etnia huichola.
En el capítulo 1 se hace una introducción a la obra, considerando su impacto científico, ambiental, social y económico, se hace un recuento de las principales exploraciones y exploradores en el norte de Jalisco y se proponen áreas importantes que deben ser exploradas en el presente y en el futuro.
En el capítulo dos se describe el entorno físico, clima, geología, suelos, hidrografía y se hace un estudio a mayor detalle, del ambiente físico del municipio de Huejuquilla el Alto.
En el capítulo tres se describen aspectos relevantes de la flora y de la vegetación, incluídas algunas comunidades que no se habían registrado previamente para el estado de Jalisco, y además se presenta una importante sinopsis del género Agave en el norte de Jalisco.
En el capítulo cuatro se ilustra la importancia etnobotánica de la flora huichola: El 37% (532 spp. ) de un total de 1813 especies tienen algún uso, lo que significa un 30% adicional al conocimiento etnobotánico previo. La flora vascular útil procede principalmente de comunidades como: bosque de pino y encino (36%), encinar (26%), bosque tropical caducifolio (22%) y pastizal (12%). La mayoría de las especies útiles son hierbas (48%), le siguen en importancia los árboles (23%) y los arbustos (10%). La flora vascular utilizada por la etnia huichola incluye principalmente especies medicinales (29%), alimenticias (14%) y ceremoniales (10%). Entre la flora útil resaltan las especies que se usan de diferente forma, entre ellas se encuentran: Prosopis laevigata, Enterolobium cyclocarpum, Guazuma ulmifolia y Brosimum alicastrum. De las 101 familias registradas en la flora vascular útil, 14 son las más importantes y constituyen el 59% de dicha flora: Asteraceae (15%), Fabaceae (6%), Poaceae (5%), Euphorbiaceae (5%), Liliaceae (5%), Solanaceae, Fagaceae, Cactaceae, Mimosaceae y Lamiaceae (3%, cada una); Scrophulariaceae, Ericaceae, Verbenaceae y Convolvulaceae (2%, cada una). Entre los géneros más importantes en la flora vascular útil se incluye a Quercus (16 spp. ), Eupatorium, Bursera y Euphorbia (8 spp., cada uno), Salvia (7 spp.), Ipomoea (6 spp.) y finalmente Agave, Acacia y Pinus (cinco spp. cada uno).
En el capítulo cinco se presenta un inventario de la flora vascular de la región wixarika, la cual incluye la porción norte de Jalisco y áreas circunvecinas de Durango, Nayarit y Zacatecas. Esta región es una de las de mayor diversidad biótica y étnica de la sierra Madre Occidental, y una de las menos exploradas en
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